Procesión del Señor de la Justicia de Lima 2015
Como cada semana santa, el martes 31 de marzo recorrieron las calles del centro histórico de Lima en procesión -entre el Convento de Santo Domingo y la Plaza de Armas- las imágenes que recrean la secuencia de la "Pasión de Jesucristo", haciendo sendas paradas en la puerta de la Municipalidad y en el atrio de la Arquidiócesis capitalina.
Este año, los fieles cargaron ocho andas, una tras otra: el Jesús del Prendimiento, el Señor de la Columna, el Señor de la Justicia, el Señor de la Caída, el Jesús crucificado de la Preciosa Sangre, Nuestra Señora del Rosario de los Dolores, Santa María Magdalena y San Juan Evangelista.
Pero es la tercera, la del Señor de la Justicia, la que atrae la mayoría de las miradas y a la que se dirigen con más fervor las plegarias.
(Fotos: Facebook de la Hermandad del Señor de la Justicia) |
Su rostro doliente, pero sereno; las llagas profundas que sanjan sus rodillas y todo su cuerpo de anatomía bastante realista; las muñecas cruzadas sobre el regazo, maniatadas por la soga de los verdugos; las manos de muy fino acabado, conmueven a los fieles, a veces, hasta las lágrimas.
MARTES SANTO. Procesión de los "Pasos de la Pasión de Jesucristo" en Lima |
En ese altar, la plataforma, la peana y el escabel sobre el que se posan sus pies, también están forrados en plata. Esta es la razón por la cual muchos de los devotos no lo reconocieron al salir en procesión el martes santo, desprovisto de tan lujosos atuendos, pero mucho más parecido al Cristo del que hicieron escarnio los romanos, que inspiró a los maestros escultores del virreinato.
Aunque la obra es colonial, la devoción se retomó con fuerza luego de que se conservara intacta en medio de los escombros de la torre del convento dominico, parcialmente venida abajo en el terremoto de 1940. La fiesta principal del Señor de la Justicia se celebra cada año el último domingo de mayo, fecha en la que se oficia misa y también hay procesión.
En el Perú, donde el Poder Judicial es severo con los que no tienen recursos ni influencias, donde los fiscales y jueces dejan que el tiempo pase y archivan los casos de poderosos, ex presidentes y congresistas acusados de corrupción, la creciente fe por este Cristo pobre, tiene el futuro asegurado.